sábado, 25 de octubre de 2014

EL VIAJE!


Mi historia, pienso que debe ser como la historia de muchos salir de un país a otro en búsqueda de calidad de vida y seguridad social, no salí buscando dinero por el contrario deje mis riquezas en mi país, sin duda alguna con grandes expectativas, siempre con optimismo, con fé.

Decidí irme de un día para otro, aunque tenía 5 años rondando en mi cabeza la idea de salir en busca de un postgrado o de algo que me abriera una puerta en el extranjero, inesperadamente el día llego, guarde “sin saberlo aun” 27 años de vida en una maleta de 23 kilos, mi viaje tendría una duración de  dos meses, por lo tanto no tuve despedidas, pero tenía la costumbre de tener todo controlado, de pensar en el hoy y en el mañana, todo ha estado siempre planificado.

Trabaje normalmente hasta el día antes de partir, prepare mi maleta la noche anterior, visite a mis familiares más cercanos y debo confesar que no sabía lo que me esperaba en el futuro, me fui sin saber que encontraría, sin conocer el país de destino, me fui dejándolo todo…

Comencé a tener conciencia de lo que hacía cuando entre a la zona de embarque y desde la puerta de vidrio podía ver a mis familiares con una mezcla de sentimientos entre alegrías y tristezas, en ese momento entendí que no sabría cuando volvería abrazarlos o besarlos, llore muchísimo mientras estaba en espera de mi vuelo, allí inicio un proceso de maduración en mi vida.

Al llegar a mi nuevo destino inmediatamente me sentí desprotegida, me di cuenta que mi zona de confort había desaparecido, estaba rodeada de desconocidos con los cuales debía aprender a convivir, tenía que iniciar una nueva vida desde cero, es como volver hacer niño pero con las experiencias de un adulto, aprender  hablar (un nuevo idioma), aprender a caminar (moverte en un nuevo país), aprender a pensar (adaptarte a la nueva cultura), te das cuenta que todo lo que fuiste se quedó en aquel aeropuerto,  te das cuenta indudablemente que los valores y enseñanzas del hogar es lo único que mantienes contigo, inicias ese proceso de adaptación.

El primer mes era una turista, salir, conocer, aprender, el segundo mes ya tenía que saber si me regresaba o continuaba en este viaje desconocido, con dos meses aun no aprendes un idioma ni te desenvuelves, aun estas perdido en un nuevo continente y los sentimientos de nostalgia, de abandono, de inseguridad sobre ti mismo, son frecuentes ya la ilusión con la que armaste el viaje comienza a desvanecerse, comienzas a preguntarte una y otra vez si está bien la decisión que tomaste, sino estarás arrojando tu vida a la nada,  comienzas a recordar cada día mas lo que dejaste, tu trabajo, tu casa, tu carro, tu familia, tus amigos, comienzas a preguntarte cuando tendrás aquí todo lo que ya habías conseguido allá y serán pensamientos tras pensamientos como bombas que invadirán tu mente, la confusión formara desde ahora parte de tu vida.

En mi caso decidí regresarme, era muy difícil conseguir apartamento si aún no tienes empleo te piden últimos estados de cuenta, ya estaba cansada de buscar y obtener por respuesta un no, la última cita de apartamento fue un jueves a las 6 de la tarde, fui porque aquí la palabra está cargada de responsabilidad, ya había confirmado la cita días antes, asistí sin ningún ánimo, hable lo menos que pude (en las citas anteriores explicaba, daba información sobre mi profesión, mis motivos del viaje), me dedique a responder solo lo que me preguntaba, de todos los requisitos que me pidió no tenía ninguno, mientras yo estaba allí llegaron dos personas más interesados igual por el apartamento pero entre uno y otro la propietaria no me despedía, me decía espera un momento mientras hablaba con los demás y finalmente dijo no tienen los requisitos, pero me inspiran confianza, mañana las 9 pueden venir a firmar el contrato.

Sorpresivamente el destino conspiraba para que me quedara en este nuevo país.

La esperanza nunca puede perderse, cuanto más oscuro veas el día más clara será la noche, si así invertido, debemos confiar en que existe una fuerza más allá de nosotros, existe un poder exterior a ti que puede equilibrar tu vida, confía y déjate llevar.

Me encanta compartir mis emociones, porque así escribo retrocediendo a cada emoción que he vivido y plasmándola en estas líneas, poco a poco iré contando más de mí recorrido por la vida.

Éxito a todos los lectores que quieren iniciar un nuevo destino.